La inflación es para la economía el mayor de los males por los efectos perversos que causa a los agentes económicos, tanto a productores como a comerciantes y consumidores. Nadie está inmune a su negativas consecuencias. Sin embargo hay maneras de conjurar el mal, de proteger el patrimonio familiar de la erosión producto del alza constante y significativo de los precios de los bienes y servicios.
Para poder protegerte de la inflación lo primero que se debe hacer es asumir una actitud de CONSUMIDOR RESPONSABLE Y ACTIVO, dejando de lado el comportamiento pasivo y el pensamiento fatalista según el cual no podemos hacer nada frente a las diferentes realidades económicas. Si bien es cierto que no podemos impedir que los precios suban también lo es que frente a la escalada de los mismos hay acciones preventivas y paliativas que harán de nuestro transito por el calvario de una economía inflacionaria una experiencia menos traumática.
Lo primero que debemos tener presente y no olvidar es que los procesos inflacionarios afectan principalmente el poder de compra de la moneda de un país, por lo que se hace imperativo cambiar la composición del patrimonio familiar moviendo las posiciones en circulante (dinero en efectivo o depositados a la vista en cuentas bancarias) a posiciones en activos. Debemos temer al dinero en nuestros bolsillos y cambiarlo rápidamente en opciones que puedan conservar o aumentar con mayor seguridad su valor a través del tiempo. En países como Venezuela la inflación es ya parte del paisaje cotidiano, llevamos ya más de dos décadas con índices de inflación anual de por lo menos dos dígitos y entraremos este año 2015 a ser parte exclusiva de un club nada prestigioso: el de países con una inflación superior al 100℅ anual. Con el agravante que ya pasados los primeros 8 meses del año 2015 el Banco Central de Venezuela no ha suministrado datos oficiales de esta variable económica. Pero basta salir a la calle para hacerse una idea de lo grave de la situación.
Ahora bien: ¿Cómo le hago frente a la inflación?, ¿Cuál es el plan?
INFORMATE
Como consumidores activos estamos en la obligación de procurarnos información del entorno en el cual nos desenvolvemos. Debemos incluso derrotar la desinformación que pudiera derivarse de la irresponsabilidad de algunos gobiernos (al fin y al cabo la inflación es sencillamente la prueba de una política económica fracasada). La casi totalidad de los bancos centrales en el mundo civilizado son autónomos y ofrecen información valiosa a la hora de la toma de decisiones por parte de las empresas y los consumidores. Pero de no tener confianza en las fuentes oficiales podemos recabar información en los medios de comunicación independientes, o en Internet, en páginas especializadas en economía. Claro está, ninguna de estas fuentes superará a la información que podamos recabar de primera mano al momento de ir al mercado o de comentar con nuestros vecinos y amigos “lo caro que está todo”, en estos intercambios además podemos averiguar dónde se compran ciertos productos a menor precio, dónde hay ofertas o que estamos haciendo unos y otros para rendir nuestro dinero.
INGRESOS FIJOS O INGRESOS VARIABLES:
La inflación afectará en mayor medida a aquellos agentes económicos que sólo perciban ingresos cuyos montos no puedan ser modificados a voluntad y a corto plazo por quienes los reciban. Hablamos de los asalariados y pensionados o los rentistas que hayan establecido contratos de arrendamiento de sus propiedades a largo plazo, los mismos verán con preocupación como lo que reciben en ingresos mes a mes les alcanza para menos cosas a medida que el tiempo pasa.
Por otra parte aquellos cuyas entradas monetarias sean principalmente variables y de fuentes de ingreso diversificadas podrán ajustarse mejor a las variaciones de precios. Por ejemplo, las personas que trabajen por cuenta propia y puedan modificar con libertad las horas trabajadas y los honorarios cobrados buscaran ir a la par del índice inflacionario para por lo menos mantener estable su situación económica.
De lo anterior se desprende que si somos receptores de ingresos fijos deberemos diversificar con urgencia los mismos, procurandonos rentas y entradas de dinero adicionales: alquilando alguna propiedad estableciendo contratos de corto plazo, comprando activos productivos, acometiendo algún emprendimiento por sencillo que nos parezca o incluso invirtiendo en nosotros mismos, en nuestro capital humano, aprendiendo algún arte u oficio adicional que podamos poner en práctica y obtener ingresos adicionales.
TASAS DE INTERÉS PASIVAS Y ACTIVAS NEGATIVAS
Recordemos que la tasa de interés pasiva es la que nos paga el banco por nuestros depósitos, mientras que la activa es la que nos cobra al concedernos un préstamo.
El que la tasa pasiva sea negativa en determinado periodo quiere decir que la misma está por debajo de la tasa de inflación y que lo que terminaremos recibiendo del banco por nuestros ahorro a comprará menos cosas que si lo gastaramos hoy. En escenarios de tasas de interés pasivas negativas deberemos minimizar lo más posible los depósitos en el banco.
Por otra parte una tasa de interés activa negativa significa que lo que pagamos al banco por el préstamo que nos hace está por debajo del índice de inflación, lo que hace atractivo endeudarse en el momento presente para adquirir algún activo productivo (casa, automóvil, maquinarias para un negocio o mercancía para la venta) ya que al vencimiento del crédito esos activos tendrán un precio mayor incluso que el capital mas los intereses pagados al banco. Lo importante es endeudarse con criterio, privilegiando las compras de activos productivos frente a la compra de bienes y servicios para el consumo y el ocio.
Igualmente es necesario que cambiemos la composición de nuestras deudas de la tarjeta de crédito pagando la deuda de la misma si ha sido utilizada para gastos corrientes y dejar libre ésta línea crediticia para casos de emergencia o para adquirir activos, bienes o servicios que a la larga se traduzcan en un algún ahorro o ingreso futuro.
Pero es necesario recordar que las tasas de interés no pueden permanecer negativas por mucho tiempo para que no se vea afectado el sistema financiero en particular y la economía en general, por lo que dada esa situación debemos prever el aumento de las tasa de interés y con ellas el aumento de que dedicamos al pago de las deudas. Debemos tener en cuenta que dado un ingreso determinado el constante aumento de los precios hará que los recursos monetarios con los que contamos terminen siendo insuficientes para comprar la misma cantidad de productos y pudiera comprometer a la larga nuestra capacidad de pago de las deudas contraídas. Es prudente establecerse un límite de endeudamiento, por regla general se considera que el servicio de nuestras obligaciones crediticias no deberían superar un tercio (33 %) de nuestros ingresos mensuales.
ALERTA CON LA DEVALUACIÓN
Ningún país puede sostener por mucho tiempo un alza progresiva y considerable de precios sin que la moneda de curso legal se devalue. Esto ocurre porque al encarecerse los bienes y servicios nacionales (con un tipo de cambio fijo o controlado) se optará por la compra de bienes y servicios importados o incluso por cambiar la moneda nacional por una divisa con valor más estable siempre que esto sea posible, dado este aumento de la demanda de moneda extranjera y consecuente “desprecio” de la nacional por parte de consumidores e inversionistas terminará la primera aumentando de precio y obligando a las autoridades a restablecer el equilibrio a través del establecimiento de un nuevo tipo de cambio (una devaluación).
Dada esta realidad, una estrategia frecuente de ahorro e inversión en países con procesos inflacionarios crónicos es la adquisición de divisas, ya sea comprándolas en casas de cambio o la apertura de cuentas bancarias y adquisición de instrumentos de inversión denominados en moneda extranjera (en caso de que esté permitido). En caso de haber controle de cambio puede optarse por otros instrumentos de ahorro e inversión que han probado su estabilidad y revalorización en los últimos años como el oro, la plata, joyas, inmuebles, automóviles, obras de arte, entre otros. Últimamente se ha hecho popular también la inversión en bolsas de valores a nivel mundial mediante el uso de Internet o incluso la compra de la moneda virtual bitcoin, aunque su volatilidad lo haga ser mucho más riesgoso que los ya mencionados.
POTENCIAR EL CAPITAL SOCIAL
El Capital Social es entendido como la colaboración social entre los diferentes grupos humanos a partir del afecto, la confianza mutua y las redes sociales.
En sociedades con fuertes crisis económicas, con tasas de inflación y desempleo muy elevadas es de esperarse escuchar las historias más desalentadoras, pero milagrosamente se dan también las más conmovedoras y heroicas. No debemos creernos capaces de afrontar estas situaciones en solitario, todo lo contrario, estemos dispuestos a ayudar y pedir ayuda, cualquier gesto es valioso: crear grupos de trueque, participar en las redes sociales compartiendo información y consejos, organizando a las familias y comunidades para realizar compras colectivas a los productores y mayoristas, entre otras acciones.
ES TRABAJO DE FAMILIA
También hay tareas que hacer en el hogar, la comunicación familiar es imprescindible en estos casos para acordar cómo afrontar la crisis.
Presupuestos Inteligentes: No sólo debemos inventariar ingresos y gastos sino determinar los porcentajes por rubros (cuánto se destina a comida, ahorro, inversión, ocio, cosméticos, educación, salud) y modificarlos de tal modo de privilegiar los items relacionados con la inversión y la salud, por ejemplo. Igualmente es valiosa la información histórica por lo que los presupuestos deben hacerse de tal manera que muestren nuestros gastos semana a semana para poder visualizar las variaciones de los precios de los diferentes productos y servicios a través del tiempo y así tomar mejores decisiones.
Es el Momento de la Austeridad: Se debe erradicar todo consumo no prioritario, todo lujo y cambiar los hábitos de ocio (de ir a restaurantes y cines a cocinar en casa e ir a los parques, por ejemplo). Igualmente reducir al mínimo posible el consumo de alcohol, cigarrillo y comida chatarra que además de representar un gasto, son nocivos para la salud. También es momento de cambiar algunas costumbres, si antes comprábamos productos de ciertas marcas podemos buscar otros de marcas menos reconocidas pero más económicas, igualmente comprar productos a granel es mucho más económico ya que se prescinde de los costosos empaques, en el caso de productos no perecederos podemos hacer compras anticipadas del consumo de varios meses para prevenir el aumento de sus precios.
Descubre el Mercado Secundario: El mercado secundario es doblemente atractivo en tiempos de crisis: Por una parte podemos comprar productos usados y ahorrarnos una buena cantidad de dinero y por la otra podemos vender o intercambiar productos que en otras circunstancias hubiéramos desechado.
Internet es Tu Mejor Aliado: Hoy en día la web ofrece infinidad de recursos para ayudarnos en situaciones difíciles como la de una economía en crisis e inflacionaria. Puede ser fuente inagotable de información, lugar de encuentro y organización en grupos de interés, mecanismo de inversión a través de diferentes portales especializados, mercado para comprar y vender incluso artículos de segunda mano y hasta es proveedor de herramientas informáticas (aplicaciones o “apps”) que nos pueden ayudar a ser mejores consumidores o nos ayuden a iniciarnos en el mundo del emprendimiento o las inversiones, sin olvidar que en ella podemos encontrar también formación en diferentes áreas que pueden hacernos más productivos en nuestros empleo o negocios.
La inflación es una consecuencia negativa de políticas económicas erradas y equivale a un impuesto, el más regresivo de todos, cuando es originada debido a la financiación del déficit fiscal a través de la generación de dinero inorgánico por parte de las autoridades. Es una situación de desequilibrio que de prolongarse por periodos largos termina envileciendo el sistema de precios y los tipos de cambio por lo que incluso tiene consecuencias para nuestros socios comerciales a nivel mundial. La ciencia económica tiene los remedios para el mal, pero son decisiones políticas las que muchas veces postergan o ignoran las medidas a tomar afectándonos en ultima instancia a nosotros, los ciudadanos de a pie. Ante esta realidad se hace imperativo el que sumamos roles críticos frente a las autoridades, exigiéndoles la defensa del valor de nuestro signo monetario y privilegiando las propuestas políticas que asumen este tipo de acciones como prioritarias en sus promesas y programas de gestión. Además por supuesto de recordar que nadie más que nosotros mismos como consumidores responsables y activos seremos en última instancia los encargados de cuidar del patrimonio familiar de los estragos de la vorágine inflacionaria.
Nota: Agradecemos al Econ. Héctor Jiménez @13CarpeDiem13 el aporte del presente artículo.
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