Para el común de las personas, políticos y medios de comunicación, entre los conceptos de escasez y desabastecimiento no existe ninguna diferencia y usan como sinónimos ambas palabras. Imaginan quizá que de haber cierta discrepancia conceptual, en nada cambiaría el sentimiento de impotencia, rabia y desesperación experimentado por todos cuando necesitas un producto, tienes el dinero para comprarlo, vas donde deberías encontrarlo y te consigues sólo con una empática respuesta por parte del dueño de la tienda: NO HAY… Ambos, consumidor y vendedor, sufren cuando los productos que satisfacen la necesidad del primero y garantizan los ingresos de la empresa del segundo no se encuentran por alguna razón que a ellos se les escapa, pero que podemos tratar de explicar de acuerdo a lo que la economía ha enseñado y probado desde hace un tiempo.
Para la ciencia económica, ambas palabras remiten a realidades diferentes. La escasez está presente en todo momento y lugar, de hecho su existencia origina el problema de estudio de esta disciplina: la asignación de los recursos escasos para la satisfacción de necesidades ilimitadas. Para los economistas la escasez es universal y se presenta como una realidad con la que debemos lidiar todos los seres humanos día a día. No se trata pues de que este o aquel otro producto haya desaparecido de los anaqueles temporalmente.
Por otra parte, el desabastecimiento está acotado a que NO HAY algunos productos en un determinado espacio geográfico (una ciudad o un país). Lo más resaltable de cotejar ambos términos es que el desabastecimiento NO DEBERÍA EXISTIR y de hecho se presenta en determinados bienes o lo sufren solamente algunas naciones en el mundo, aquellas que han fracasado en sus estrategias para vencer la escasez a través de una organización económica productiva o que víctimas de alguna catástrofe, natural o humana, se haya alterado la provisión de algunos bienes.
La escasez la deben afrontar las naciones ricas y pobres por igual. Por otra parte es notable que hay naciones pobres que no sufren de desabastecimiento. Son pobres porque aunque los productos están en los anaqueles de los supermercados una parte importante de la población no tiene acceso a ellos en la cantidad suficiente debido a su bajo ingreso monetario. En una situación de desabastecimiento se da la paradoja de que los consumidores tienen el dinero en sus manos y necesitan el producto pero no lo encuentran en donde debería estar: en los supermercados no hay comida, en las farmacias no hay remedios, en las ferreterías no hay materiales de construcción. El peor de los mundos sería un país pobre y que además sufra de desabastecimiento… ¿Se les ocurre alguno?
Las causas de la ausencia de bienes en los comercios podemos encontrarlas en desequilibrios desde el lado de la oferta y desde el lado de la demanda.
● POR EL LADO DE LA OFERTA: Un mercado desabastecido debería ser el paraíso de los empresarios, debido a que podrían vender su producto sin esfuerzo a los compradores desesperados. Pero en caso de que no se de la respuesta de los oferentes a la demanda insatisfecha, debemos imaginar poderosas razones. Aparte de algún evento de naturaleza fortuita como sequía, guerras, entre otros, el desabastecimiento podría tener su origen en un ambiente hostil al empresariado, exceso de controles, rigidez en el mercado laboral, inseguridad personal y jurídica, falta de insumos para la producción, inflación alta que impacte en los costos de producción, falta de divisas para importar lo que no se fabrica en el país, etc. Todos estos factores limitarían la capacidad productiva y la oferta de bienes y servicios hasta tanto no se corrijan las causas del desequilibrio.
● POR EL LADO DE LA DEMANDA: Los controles de precios y subsidios de algunos productos incentivan el consumo de los mismos por su bajo costo, lo que hace que sean demandados en cantidades mayores de lo que lo harían los consumidores a los precios del mercado. Igualmente, las expectativas inflacionarias y la inseguridad de conseguir mañana lo que podemos comprar hoy al precio señalado llevan a los consumidores a crear inventarios domésticos, ya sea para su consumo o incluso para intercambios futuros. Igualmente la incertidumbre acerca de la posibilidad de siempre contar con la disponibilidad de bien hace que se demande todo lo que se pueda del mismo, por encima de lo que se haría en una situación de abastecimiento regular de mercaderías.
La conjunción de los desequilibrios, los de la oferta y la demanda, se retroalimentan y potencian llevando el problema a niveles cada vez peores en la medida que se demore la toma de decisiones por parte de las autoridades responsables.
Dada la dramática situación que se vive en Venezuela debido a la falta de productos alimenticios, de aseo personal y limpieza, medicinas, materiales de construcción, entre otros muchos, con diverso grado de importancia para ya no digamos tener calidad de vida sino por lo menos para sobrevivir, repuestos de vehícul. Puede parecer un detalle fatuo tratar de precisar los significados de los términos sobre los que venimos hablando. Pero cuando recordamos que la escasez existe sin culpables y en todo momento y lugar mientras que el desabastecimiento reclama que se precisen las causas y los responsables de que se presente, entonces usar una en vez de otra podría eximirnos de ir más allá de la falta del producto requerido sin obligarnos a preguntar: Por qué? Por quiénes? Como paso previo a la búsqueda y la exigencia de soluciones.
La respuesta a la escasez es un sistema económico productivo que haga el mejor uso posible de los recursos para la satisfacción de las necesidades. La solución al desabastecimiento es la corrección de las políticas que impiden al sistema económico producir con eficiencia.
Por eso: NO LO LLAME ESCASEZ CUANDO ES DESABASTECIMIENTO.
NOTA: Agradecemos la colaboración de éste artículo al Econ. H. J. Jiménez, @13CarpeDiem13 . Les invitamos estimados lectores enviar sugerencias sobre Escenarios de Escasez vs Desabastecimiento a yoskira@monedasdevenezuela.net
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